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Estrellas de siempre: El Rey de la Segunda Base

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Pasion Magazine comienza hoy la Sección Estrellas de Siempre escrita por el periodista y autor Fernando Rodríguez quien compartirá sus amplios conocimientos beisboleros con los lectores de nuestra website de deportes.

Rodríguez es autor de los libros "Pase usted Señor Jonrón. La verdad sobre Cheito Rodríguez", "Armando Capiro. Grande por siempre" y "Antonio Muñoz. Del Escambray a Tokio".

Los interesados en adquirir estas importantes publicaciones pueden llamar al autor al 786-523-5819 o contactarlo al email ferna.rodriguez74@gmail.com

 

El Rey de la Segunda Base

Por Fernando Rodríguez

 

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Si la segunda almohadilla tuvo en Alfonso Urquiola a un relámpago, el rey de la intermedia en el período 1976-1982 en Cuba fue ese nombre todo pelotero llamado Rey Vicente Anglada Ferrer. Uno de los dos más explosivos y espectaculares jugadores de Series Nacionales que haya visto y entre los mejores en esa característica en la historia del béisbol criollo.

Rey Vicente fue el héroe indiscutido de muchos de mi generación y mayores también. Siempre sentí gran admiración por él, aunque mi preferido era Víctor Mesa. Recuerdo que un tío que me lleva pocos años sentía idolatría por Rey, la misma que yo por Víctor, y siempre estábamos debatiendo quién de los dos era el mejor, aunque siempre, repito, Rey era para mí algo especial.

Era un virtuoso a la defensa, en el corrido de las bases, en la picardía, joseo e inteligencia para jugar un béisbol de gran calidad y de mucho coraje. Bateador de 300 y sempiterno robador de bases que lo llevó a estafar cerca de 200 en apenas 10 Nacionales y siete Selectivas, cuarto en Cuba cuando involuntariamente dejó las Series Nacionales, solo superado por Wilfredo Sánchez, Ñico Jiménez y Félix Isasi, pero en muchas más series que Rey.

Cuando debutó con Industriales en la XII Serie Nacional, precisamente el seis de enero, día de Los Reyes Magos y de su cumpleaños, no se destacó a la ofensiva con un pobre 221 de average, pero gracias a su brillante defensa y juego explosivo terminó de titular del equipo que resultó el Campeón Nacional esa serie.

 

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Poco a poco se convirtió en buen bateador de promedio y tacto, no fue segundo de nadie con el bate en sus manos en su posición y entre los bateadores cubanos de su época. No fue jonronero, pero dio 40 en pocos años jugados y en una época de mucha calidad en el pitcheo y verdadero bate de madera, con mala calidad hasta 1977.

Además, llevó a los libros de récords la marca de dos jonrones conectados en un inning, hazaña que logró frente a Matanzas el 12 de abril de 1980 durante la VI Serie Selectiva. En ese torneo terminó –habitual en sus últimas cinco temporadas- entre los primeros bateadores y solo fue aventajado en dobles por su compañero de equipo Agustín Marquetti.

 

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En la Selectiva del 81 luchó a brazo partido con Antonio Muñoz por el liderato en hits, a la postre fue el segundo detrás de Muñoz. El número 36 me gusta precisamente por ser el que usó Anglada en su corta pero rica y legendaria carrera. Con él en su espalda defendió con entrega total a Industriales, Agricultores (equipo que idearon para desaparecer a Industriales de las Nacionales pasándolo a las Selectivas entre 1975 y 1977), Metropolitanos y Habana en Selectivas.

Manos ajenas al béisbol y al amor de los aficionados por este apasionante deporte y por sus ídolos -porque eso era Rey- de un plumazo sancionaron de por vida al mejor segunda base de la Cuba de marzo de 1982 cuando solo tenía 29 años y era el líder indiscutible de la pelota en Ciudad Habana.

Acusado -sin pruebas- de vender juegos junto a un grupo de apostadores y otros 16 jugadores y entrenadores, la mayoría de su equipo Metropolitanos y un tercio de Industriales. Algunos comprometidos con el juego ilícito y la venta de los partidos (solo tres de ellos confesos), pero la mayoría fue injustamente sancionado, empezando por Anglada, quien fue objeto de una sanción penal que le hizo cumplir condena de privación de libertad de dos largos años con ocho meses por el delito de “peligrosidad social”, huelgan los comentarios.

 

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Algo muy triste y todavía se nos debe a los cubanos una explicación clara al respecto, unido a una disculpa pública con Anglada y el resto de los inocentes que vieron tronchadas sus carreras deportivas. Para colmo, su nombre fue borrado de los récords de la pelota nacional, como si un decreto fuera capaz de borrar la grandeza de un pelotero de su estirpe y de su inocencia que el pueblo siempre supo reconocer.

Recuerdo que de Rey no se hablaba, era como si no hubiese existido. Si uno leía alguna publicación donde aparecieran los lideres individuales de las Series Nacionales 1977-1978 y 1980-1981; así como de las Selectivas de 1977, 1980 y 1981 podía encontrarse con que no aparecía el líder en bases robadas de esos torneos o el de anotadas, porque precisamente Anglada había sido ese líder.

Parecía que no existían las robadas, algo realmente retrógrado, incluso, aunque Anglada en verdad hubiera sido culpable de la falta imputada. Muchos rumores se corrió entre la población, como siempre sucede cuando no se le da una información pormenorizada y responsable, en especial que Rey estaba en Los Estados Unidos jugando en Las Grandes Ligas junto a Bárbaro Garbey, o que en 1986 le ofrecieron volver a jugar con Industriales y se negó.

 

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Anglada con el autor

 

A su carisma y liderazgo, se sumó la leyenda, el misterio y misticismo por el fin trágico y repentino que tuvo su trayectoria deportiva. Por eso no se me olvida la tarde de 1988 en que dirigiéndome en una guagua hacia el CVD Ferroviario de la barriada de Lawton vi a Anglada y el grito emocionado de muchos fue inmenso.

Después supe por mi madre y mi tío Rigo -el mismo que idolatraba al Rey pelotero- que trabajaba con ellos en la Zona Franca Habana In Bond en el pueblo de Berroa. Trabajó varios años de chofer de corporaciones y firmas y son famosas las anécdotas dentro de su colectivo de trabajo o en su roce con el pueblo, adonde quiera que fuera a lo largo y ancho del país, cuando lo veían.

Mi madre siempre me comentó que esperaba sentado, con la cabeza baja, que le llenaran el carro de mercancía. Era al parecer la vergüenza por lo sufrido, la misma que lo caracterizó siempre en un terreno de pelota.

Formó parte de la Preselección Nacional entre 1974 y 1981. Participó en los Mundiales de 1976 y 1978, los Centroamericanos de Medellín en 1978 y los Panamericanos de Puerto Rico en 1979, en estos dos fue la segunda base del Todos Estrellas. También estuvo en otros torneos, topes y giras.

Fue regular en pocos eventos, no era el pelotero de preferencia del manager Servio Borges, zar del equipo Cuba y del béisbol nacional en general desde fines de los años 60 y principios de los 80. Cuando jugó de titular lo hizo a gran altura, tanto al campo como al bate, ocupando, si no jugaba Wilfredo Sánchez, el primer turno del Line up criollo. Misteriosamente no hizo los equipos Cuba para los eventos de primer nivel de 1980 (Mundial de Japón) y 1981 (Intercontinental en Edmonton), donde fue sustituido por el pinareño Carmelo Pedroso, algo increíble.

Ese fue el preludio de lo que sucedió después. Sin embargo, en 1980 jugó en México contra profesionales de ese país donde dio 22 hits en 45 veces al bate para promedio de 422, meses después en tope contra el equipo nacional de Nicaragua en dicha nación centroamericana fue el líder en hits con 15 y average con 556.

A partir de 1980 existieron infundadas sospechas de que desertaría en el exterior, pues era amigo e incluso despidió a varios peloteros capitalinos que se fueron en el éxodo masivo del Mariel. Como segunda base ha sido el más espectacular de todos, es el Germán y el Víctor Mesa de la intermedia.

¿Cuántos flys no capturó en franco territorio de los jardines o contra el público, cuando le correspondía coger la bola al primera base? Sus anécdotas de jugador activo son de leyenda. Su talento, calidad y carisma personal, combinado con su explosividad e inteligencia hicieron que el público fuera al Latinoamericano no a disfrutar el partido o para apoyar al equipo, sino a ver exclusivamente a Anglada, a ver qué traía de nuevo en el partido. Fue un pelotero que él solo llenaba el estadio, sobran los dedos de las manos de los que han logrado eso, tal vez fue el último jugador capitalino que lo consiguió con tal magnitud. Además, fue el líder de los equipos capitalinos en que militó.

Es famosa la vez que en un juego dominical efectuado en el Latino contra los pinareños, corrió para primera porque un lanzamiento le dio en uno de sus pies y el árbitro no ratificó el pelotazo, acto seguido Rey fue como un bólido para la zona de la malla que está detrás del home, recogió la pelota, se la enseñó al ampaya y volvió para primera: le demostró con la mancha de betún del spike impregnada en la pelota que esta sí le había dado.

También es famoso el doble play que con un fly fracturó contra Las Villas o la vez que con un toque de bola entre tercera y short se apuntó un doblete. Realmente era un genio tocando la bola y pasando a los pitchers tanto hacia la derecha como para la izquierda de estos.

No se me olvida la vez que el gran Rogelio García le dio tres ponches, pero la cuarta vez Anglada tocó la bola por tercera y se apuntó hit, después dijo que el cuarto ponche no lo iba a recibir. Legendaria fue también su presencia en la ceremonia de inauguración de la XXXVIII Serie Nacional en su querido estadio Latinoamericano en noviembre de 1998. Creo que fue, para no ser absolutos, uno de los que más aplaudimos los aficionados allí presentes. ¡Al fin se rompía su anonimato público y obligado!

Ya anteriormente, en 1997, nos habíamos percatado que habían sido reintegrados sus récords al béisbol nacional. Cerrándose así uno de los capítulos más negros del béisbol revolucionario, como se le llama a esta etapa, porque así lo considero al igual que el caso de Armando Capiró y Pedro José Rodríguez.

Después, en 1999, disfrutamos el documental “Confesiones de Grandes” que le hiciera Aurelio Prieto Alemán. Sinceramente no sé cómo Anglada pudo mantener la forma física y deportiva después de tantos años alejado del béisbol de primera categoría. Siempre estuve al tanto de sus resultados en los juegos que celebraba en la Corporación CIMEX, pero realmente me impresionó su rendimiento ofensivo y defensivo; así como su agilidad en las bases durante el partido entre veteranos cubanos y venezolanos, dirigidos por Fidel Castro y Hugo Chávez, partido celebrado el 28 de noviembre de 1999 y donde bateó de 2-2.

Al otro año repitió sus fantásticas jugadas defensivas, bateo sólido y juego espectacular en el segundo encuentro de veteranos cubanos y venezolanos, efectuado esta vez en la tierra morocha. Para cerrar con broche de oro la reivindicación de esta gloria de la pelota cubana a partir del 2001 dirigió equipos de la capital en Nacionales, Súper Ligas y Olimpiadas del deporte cubano, obteniendo el título nacional al frente de Industriales en las series del 2003 y 2004, superando en ambas oportunidades a Víctor Mesa, su amigo en las buenas y en las malas.

También fue parte de la delegación cubana a los más importantes eventos internacionales desde el 2003 en calidad de chequeador de los equipos contrarios y asesorando al cuerpo de dirección criollo. En el 2006 ganó su tercer título nacional frente a Santiago de Cuba que al fin lo catapultó al timón del Team Cuba, del que a su vez fue retirado en el 2008.

Ahora ha estado compartiendo su vida entre periodos de descanso en Cuba y colaboración deportiva en Panamá donde ha obtenido resultados sobresalientes como director de equipo en el torneo nacional de ese país.

Muchos segundas base de calidad ha tenido la pelota cubana en toda su historia y después de 1959 varios han alcanzado la categoría de leyendas por su virtuosismo al campo y al bate. En este selecto grupo está sin dudas el número 36 de los fantásticos Metropolitanos de fines de los 70 y principios de los 80, de los que fue su indiscutible líder y capitán. Ese equipo llegó a obtener el tercer lugar en la última Serie Nacional que Rey jugó.

Solo considero sin dudar por encima de Anglada en la segunda base, por su integralidad y calidad ofensiva, al Capitán de Capitanes Antonio Pacheco. Juan Padilla fue otro grande de la intermedia, pero había que ver si hubiera tenido la oportunidad de brillar tan rápido si Rey hubiera permanecido como jugador activo y así defender su corona en la intermedia capitalina. Esa que sigue ostentando para muchos del pueblo cubano.

 

Fragmentos del libro en preparación: “20 estrellas de mi niñez”, autor: Fernando Rodríguez Alvarez

 

Rey Vicente Anglada en números (Fuentes estadísticas: José Barral del CINID del INDER y archivo personal del autor)

Fotos: Archivos personales de Anglada y el autor.

 

Total en 10 Nacionales (1973-1982):

VB C H 2B 3B HR CI BB K BI FS DB BR CR TB SLU AVE

1376 197 399 45 20 20 151 142 189 12 11 19 108 45 544 395 290

 

Total en 7 Selectivas (1975-1981):

VB C H 2B 3B HR CI BB K BI FS DB BR CR TB SLU AVE

1397 225 407 64 15 20 152 142 161 4 6 18 89 44 561 402 291

 

Total con bate de madera en 4 Nacionales y 2 Selectivas (1973-1977):

VB C H 2B 3B HR CI BB K BI FS DB BR CR TB SLU AVE

941 100 242 26 13 5 81 82 144 8 3 17 47 24 309 328 257

 

Total con bate de aluminio en 5 Nacionales y 5 Selectivas (1977-1981):

VB C H 2B 3B HR CI BB K BI FS DB BR CR TB SLU AVE

1832 322 564 83 22 35 222 202 206 41 14 20 150 65 796 434 308

 

Acumulado total de Rey Vicente Anglada en 10 Series Nacionales y 7 Selectivas:

vb ca h 2b 3b hr ci bb bbi k db fs sh br cr tb slu ave

2773 422 806 109 35 40 303 284 16 350 37 17 37 197 89 1105 398 291

 

Labor defensiva de por vida nacionalmente (2b, SS y 3b).

JJ INN O A E TL AVE DP TP

728 6076.1 2124 2031 104 4259 976 456 1

 

Lideratos individuales en Nacionales y Selectivas:

Selectiva 1977: bases robadas con 18.

Nacional 1977-1978: comparecencias con 245, veces al bate con 212, carreras anotadas con 43 y bases robadas con 29.

Selectiva 1980: bases robadas con 17. Nacional

1980-1981: bases robadas con 24.

Selectiva 1981: comparecencias con 291, veces al bate con 257 y bases robadas con 17.

 

INTERNACIONALMENTE:

Panamericanos de Puerto Rico-1979: jj vb ca h 2b 3b hr ci br cr sh tb slu ave 8 31 5 9 0 1 1 9 2 0 2 14 452 290

Centroamericanos de Medellín-1978 jj Vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi db fs tb slu ave 8 34 12 12 3 0 2 9 2 2 0 0 0 21 618 353

Mundial de Colombia-1976: jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi db fs tb slu ave 6 22 2 5 0 0 0 3 1 0 0 0 0 5 227 227

Mundial de Italia-1978: jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi db fs tb slu ave 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 000 000

Total en 2 Mundiales: Jj vb ca h 2b 3b hr ci bb k bi db fs tb slu ave 7 23 2 5 0 0 0 3 1 0 0 0 0 5 217 217

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3 thoughts on “Estrellas de siempre: El Rey de la Segunda Base

  1. Andres Pascual , destilas veneno a parte de no saber nada de beisbol.

    Debes ser pinareño por la defensa a Urqiola,(aunque es un grande tambien).por tus estupideses.

  2. no fue "un gran bateador", pero sí muy pendejo para defender internacionalmente, Urquiola lo supero en todo, el mejor 2da base del castrismo fue ISASI, anglada y víctor mesa parecían más de lo que realmente eran, aunque Anglada era mejor que el payaso estúpido de Las Villas.

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