En Los Angeles se celebraba ayer el gran clásico. Un Dodgers-Yankees de béisbol viene a ser como un Madrid-Barça en el Bernabéu. Uno de los grandes protagonistas del duelo fue Cristiano Ronaldo sin apenas pisar el césped. El madridista fue una estrella entre las estrellas.
Ante cerca de 60.000 espectadores, CR7 hacía acto de presencia para conocer primero al novato y revelación de las Grandes Ligas, el jugador de los Dodgers Yasiel Puig, un cubano de tan solo 22 años que desertó y que ha resucitado a los Dodgers a cambio de 42 millones por siete años de contrato.
Ronaldo disfrutó como un niño. Se puso el guante y recibió algunas lecciones de Puig, atendió siempre al madridista. Pero era una noche al más puro estilo Hollywood. Por allí se acercó Samuel L. Jackson, que también se quiso fotografiar con el futbolista. Ronaldo tampoco se cortó a la hora de enseñar sus habilidades con el balón. Primero con la pelota de béisbol y luego con una de fútbol. Pocos minutos antes del comienzo del partido, CR7 volvió a salir para realizar un lanzamiento. "No se me da muy bien, pero intentaré hacerlo lo mejor posible", comentaba el portugués ante la cámara del estadio.
A Ronaldo le preguntaron si ha pensado afincarse en Los Ángeles: "Nunca se sabe, es un orgullo estar aquí y es una ciudad muy bonita", respondió CR7. A Ronaldo, sin embargo, le quedaban más sorpresas.
Después de lanzar algunos balones hacia la grada, emergió desde el túnel de vestuarios la figura de Magic Johnson. Ronaldo se empequeñeció, hasta el punto de que uno de los miembros del club se acercó hasta el legendario ex jugador de la NBA con un balón de fútbol: "Ronaldo nos ha dicho que quiere que este balón firmado sea para usted". Fue la guinda a una noche de estrellas en la que brilló de forma especial Cristiano. Por Pablo Polo
