No hubo 'Maracañazo'. España no fue España en la final de la Confederaciones. Brasil superó a la campeona del mundo en todos los aspectos y acabó llevándose la copa. Scolari le ganó la partida a Del Bosque, anulando el medio del campo español y jugando con una transición ofensiva letal.
Hulk, Neymar y Fred acabaron por desquiciar a la defensa española. Parecía que Brasil tenía la lección bien aprendida y sabía cómo frenar a España. Presionar arriba e impedir que Xavi e Iniesta tocaran el balón eran dos elementos indispensables para inhabilitar a la 'Roja'. Paulinho y Luis Gustavo se pusieron el mono de trabajo para convertirse en la sombra de los dos directores de juego españoles.
La escasez de ideas a la hora de combinar y el desgaste físico arrastrado desde la semifinal ante Italia convirtieron el partido en un sufrimiento inacabable y que la remontada fuese tan sólo un sueño. La idea de ganar a Brasil en Maracaná era un gran aliciente, pero la 'canarinha' no estaba dispuesta a volver a perder una final en su estadio.
Sólo de oír el himno cantado 'a capella' por las ochenta mil personas en las gradas y los once jugadores en el campo ejemplificaban las ganas con que los locales iban a salir.
Mal inicio y peor continuación
En apenas dos minutos, ese apetito se transformó en presión, velocidad, fuerza y, lo que es más importante, en un gol. Tras una pérdida de Xavi, un centro con fortuna y un rechace que se quedó muerto en el área pequeña, Hulk acertó a rematar desde el suelo. La suerte se aliaba con Brasil, que empezaba de la mejor manera posible.
El jarro de agua fría acabó por congelar a una España que sólo llegó una vez a la portería rival en toda la primera parte. Fue a la contra. Mata asistió a Pedro, que acertó a batir a Julio César, pero David Luiz se tiró al suelo para sacar el balón bajo la línea.
Apenas unos minutos después, Neymar sí acertó con la portería de España tras el enésimo error de Arbeloa. El lateral tuvo una de sus peores noches. Al descanso el resultado era sólo de dos a cero porque 'San Iker' había aparecido y porque Brasil no acertaba a rematar a puerta.
Pese a ello, el partido parecía tener un sólo color. En España se apelaba a una reacción épica, pero el sueño se esfumó en dos minutos, tiempo que tardó Fred en volver a marcar. De nuevo a la contra, en una transición rapidísima. Mientras la mitad de la Península Ibérica apagaba el televisor, en Brasil la gente empezaba una fiesta que deseaban celebrar desde hacía mucho tiempo.
Entre Sergio Ramos y Julio César
Tan sólo faltaba por sumarse al recital de los locales un Julio César que hasta la última media hora tuvo poco trabajo. El cancerbero acertó el lado al que Sergio Ramos tiró el penalti que provocó Jesús Navas en su primera acción por la banda, aunque no llegó a detenerlo. No le hizo falta, el central chutó al palo. Poco después, su intervención sí fue decisiva para evitar sendos goles de Villa y Pedro.
Para entonces, España podía dar gracias de no haber sido goleada. Piqué -con una entrada a Neymar cuando entraba en el área que le costó la tarjeta roja-, Azpilicueta en un par de ocasiones e Iker en otras tantas evitaron que Fred o Neymar aumentaran la diferencia.
El partido fue un recital brasileño. Ganó a la campeona del mundo jugando bien y sin dejarla jugar. Neymar apareció cuanto lo tenía que hacer y Fred remató como buen delantero. En todas las líneas, la 'canarinha' fue mejor. Por suerte esto sólo es la Copa Confederaciones. Lo importante llega el año que viene. /Manu Albarrán
