Por Reynaldo López/Pasión Magazine
Este mismo año el pequeño Emilio Kalel Ferrandiz, alumno con excelentes notas de la escuela Riverside Elementary School, en la ciudad de Miami, ha vuelto a demostrar que posee talento para seguir cosechando éxitos en el ajedrez y ha conquistado el primer lugar en el torneo regional de la Florida.
Está contento y su papá también, porque es el resultado de un trabajo serio, de años incluso, de una disciplina rigurosa que no ha dejado resquicio para dejar escapar la visión y el proyecto de jugar ajedrez.
No vienen solo los resultados, claro, Emilio Ferrandiz, quien es profesor de quinto grado en la escuela Riverside Alementary School, le hizo saber a su hijo desde un principio que él tenía que practicar algún deporte, y que el ajedrez sería la mejor opción porque ayuda mucho a ejercitar el pensamiento y requiere de una disciplina constante.
El pequeño acató la decisión y desde entonces no deja de mover piezas, primero con su papá en el hogar, donde su mamá Gina también desempeña un papel importante, y luego con su profesor del deporte ciencia, el señor Jarvis McClain, en la propia escuela donde forja su futuro.
Cuando habla de sus mejores resultados destaca por encima de todos el sexto lugar conquistado hace casi dos años en el Súper Torneo Estatal de la Florida. Resultó duro, de elevada calidad para él, por la cantidad de buenos ajedrecistas que intervinieron en la lid y porque constituyó un importante reto para él a los nueve años.
No deja de practicar “lo hago de lunes a viernes en la propia escuela antes del comienzo de las clases, y los fines de semana con mi hermana que también está en el equipo de la escuela, con mi papá y también entro a la computadora a seguir entrenando y jugando con otros”, asegura.
Sus triunfos han sido en las categorías K-1, 2-3 y 4-5, precisamente en esta última fue que ganó su título más reciente. ”El próximo mes –cuenta- tenemos un torneo estatal para el cual me estoy preparando. Va a ser el último torneo en que participo en mi escuela primaria, porque ya salto al nivel intermedio”.
Con pesar dice que este año hubiese competido en el Torneo Nacional, pero debido a que coincidió con las fechas de los exámenes estatales de la escuela no pudo asistir.
“Yo quiero seguir jugando ajedrez, pero todo depende de que mi escuela intermedia cuente con un equipo de ajedrez –relata-, ya mi papá investiga ese asunto y es casi seguro que así sea. Si no, entonces voy a competir por mi cuenta. También puedo unirme a una organización de ajedrez. Lo que si no voy a dejar nunca es de practicar y jugar con mi hermana Isabella Diana -ella juega también con el equipo de la escuela-, y con mi papá”.
Han pasado ya unos cuantos desde que Emilio, con cinco años, se inició en el ajedrez en el kindergarten. ”De hecho mi padre me puso en el equipo de la escuela y me dijo que iba a jugar ajedrez hasta el quinto grado me gustara o no y que después, en la intermedia, podría perseguir otros intereses sí quería, pero como me gusta tanto el ajedrez voy a seguir con este deporte”.
Añade que “el ajedrez me hace pensar, me ayuda en la concentración, en mi memoria; es como en la vida real, donde hay muchas opciones y hay que tomar una decisión. Se mejora con la práctica. Se aprende de los errores. El ajedrez es como la vida real”, concluye y luego pregunta ¿No es así?
Interrogado sobre si tenía alguna apertura favorita fue categórico “La apertura Ruy López o cualquier variación de ella. Por lo general yo desarrollo el caballo y el alfil, primero. La idea es controlar el centro. También hago el enroque temprano para proteger el Rey”.
Finalmente tuvo palabras de elogio para sus maestros “todos han trabajado duro en la escuela para enseñarme y a todos los admiro”.
No cabe duda, el ajedrez ha ayudado a Emilio en sus resultados no sólo deportivos, sino también docente y le ha hecho adquirir amor por el juego y una disciplina rigurosa que le hace más fácil el camino en todos los sentido. Evidentemente él lo sabe, pero también sabe que en ello mucho tienen que ver sus padres
